¿Que quiero encontrar en mi pareja?


El cómo escoger su pareja es una de la preocupaciones más mencionadas por las personas que me escriben y hoy tomo una de esas preguntas que envía Ana (que es como la llamaré en este artículo, por la necesidad de garantizar la confidencialidad de la identidad de quienes me escriben), para abordar este tema tan amplio y en el que las opiniones pueden diferir en función de la importancia que le de, cada persona, a las tres necesidades que básicamente satisface el amor de pareja: necesidad de compañía, de recreo y de pasión (según John Lee). 

“¿Cómo puedo llegar a  interesar a un chico muy popular que me gusta???”,  es como comienza su pregunta, Ana, una joven que se siente atraída por un hombre que ha pasado la treintena y que ella misma describe como  “alguien que se comporta como un adolescente,  que juega conmigo y con las otras mujeres que lo rodean. Es guapo e inteligente, pero bastante despectivo con todas;  ha conquistado a muchas chicas sin llegar a nada con ellas, así como lo hace conmigo. Estoy desesperada y quiero saber ¿qué puedo hacer para que un chico así llegue a estar conmigo? , porque lo que más le gusta es que le alaben, yo lo he estado haciendo, pero ya ni eso funciona, parece que pide algo mejor que eso, a veces me he "enfadado" pero ya no "cuela", como decimos las mujeres...

Todos reconocemos que el “príncipe azúl “ o la pareja ideal con la que se sueña de niña,  no existen y que se tiene que aceptar a un ser humano con imperfecciones (que tenemos todos);  sin embargo,  existen ciertos límites en las imperfecciones que estamos dispuestos a aceptar en nuestra pareja,  y eso cada persona lo debiera tener claro, cuando elije a su pareja.  Antiguamente, los padres eran los que decían a los hijos, en circunstancias similares,  “piensa con la cabeza y no con el corazón”, y digo  que, en lo posible,  habría  que poner de ambos si se quiere incrementar las probabilidades de tener la pareja que nos complemente bien.  

Cuando nos sentimos atraídos por una persona, la consideramos como algo “misterioso” que nos provoca descubrirlo;  en esa etapa pensamos que cupido nos envió el “flechazo” que nos removió el corazón (o mejor dicho el pensamiento). Luego, progresivamente y conforme avanzan nuestros intercambios,  pasamos a identificar las coincidencias que tenemos con esa persona que ocupa nuestros pensamientos (¿tendremos los mismos valores?, ¿le damos importancia a las mismas cosas?, ¿compartimos algunos sueños o proyectos?, ¿tenemos temas de interés comunes?,… ), así como ver si nos procura las satisfacciones que esperamos  (¿nos divertimos mucho cuando salimos juntos?, ¿me trata como quiero que me trate?, ¿me muestra afecto?, ¿hace que me sienta importante para él?, …. etc.). Son básicamente estos aspectos que van a definir nuestra relación amorosa como satisfactoria o no para cada uno y hacer que en algún momento se llegue a formalizarla.  

En el caso de Ana, veo que ella ya conoce bien al chico que la atrae, e incluso ha identificado en él un funcionamiento bastante problemático que ya está generándole un malestar; por lo que le aconsejo de hacer un esfuerzo para aclarar sus ideas y ver realmente qué satisfacciones quiere recibir de esa relación que tanto ansía y qué es lo que está recibiendo actualmente. Poner eso por escrito para sí mismo, es de mucha ayuda.

Un aspecto que Ana debe considerar es que el chico en cuestión,  es  alguien que visiblemente, no valora a nadie más que su propia persona y que se libra a un juego bastante narcísico en sus relaciones, lo que hace que hayan poquísimas probabilidades que ella pueda recibir satisfacciones (compañía, afecto, complicidad en el recreo, respeto,…) como persona en una relación amorosa que posiblemente le exija mucho esfuerzo y pocas satisfacciones.

Por lo que tendría que preguntarse ¿valdrá realmente la pena que gaste sus energías en atraer a una persona que por su comportamiento ya le hizo saber que solo se quiere a sí mismo, lo que probablemente le ocasione más sufrimiento que amor?,  ¿No sería más gratificante para ella,  que vuelva los ojos a su entorno de amigos y elija a alguien con mayor estabilidad mental y afectiva, que pueda compartir con ella sus experiencias y sueños?. Tal vez incluso pueda preguntarse ¿qué es lo que realmente le gusta de él?, y ver si puede encontrar eso que le gusta en alguien más estable.

Finalmente, el amor debe ser recíproco y tiene que nutrir las expectativas de los dos, tal vez no de manera simétrica, pero ambos deben mostrar disposición a entrar en la relación y sentirse bien dentro de ella.


1 comentario:

  1. No interesa para nada estar con una persona tan veleidosa y egocéntrica como ese chico, sinceramente, pienso que sería un poco de "masoquista" comenzar una relación con alguien así, sobre todo aún a sabiendas de que puede estar mariposeando con otras mujeres y haciéndola sufrir por su comportamiento.
    Como bien dices, es mucho mejor que pase esa página y que mire bien a su alrededor.
    No sé el motivo pero, a ciertas edades, las mujeres siempre tendemos a sentirnos atraídas por los "chicos malos", los que nos tratan como a reinas, sólo lo queremos como amigos, así luego nos va.... Afortunadamente, con el tiempo nos damos cuenta y, no siempre, de que nuestros "amigos", son los hombres que realmente nos valoran, nos quieren, nos interesan como pareja y terminamos enamorándonos de ellos.

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