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Cómo apoyar a un ser querido que le tocó vivir con una enfermedad crónica.

Si a un ser querido le diagnostican un cáncer o una enfermedad que supone un riesgo vital, usted puede sentirse desesperado, con gran impotencia frente a la situación y sin saber cómo apoyarle para facilitar la adaptación de la persona con los cambios que ocurrirán en su vida y hacer menos difícil su proceso de tratamiento y convivencia con la enfermedad.

Todas las investigaciones concuerdan en señalar que el apoyo de la familia y los amigos tiene un efecto importante en la capacidad de los pacientes a sobrellevar una enfermedad crónica; aunque cada persona tiene una sensibilidad e historia diferentes, cuando se tiene una enfermedad crónica, se necesita sentir el afecto sincero (no la compasión) y la preocupación sana de sus seres queridos.

Recordamos aquí algunas sencillas pautas al respecto:

  1. Infórmese sobre la enfermedad, de ser posible, hable con el equipo médico para saber con claridad las etapas del tratamiento y cómo ayudarle a que integre el diagnóstico en su vida y comience a luchar contra la enfermedad.
  2. Escúchele y dele el apoyo emocional que requiera. Evite de tratar de negar el problema (diciendo “no es nada”, “ya va a pasar”,…). Hágale sentir que no está sola y que tiene gente que la quiere y que estará a su lado en todas las etapas de su tratamiento.
  3. Busque casos de personas que hayan vencido la enfermedad para ponerlas de ejemplo cuando la desmotivación cunda y necesite reactivar la  esperanza.
  4. Cuando informe a la familia, hable con honestidad sobre la situación que toca vivir a la persona, sin dramatismos ni escondiendo diagnósticos. No invente enfermedades raras que tienen tratamiento, por no pronunciar el nombre de la enfermedad y ocultarla  a la familia, eso generará mayor confusión, ansiedad, culpabilidad….
  5. Aborde la enfermedad con los niños, de la manera más clara y dejando bien establecido que ellos no son responsables de la enfermedad (es común ver a niños pequeños sentirse responsables de las cosas negativas que suceden en su entorno e incluso de enfermedades de los padres), responda con claridad  a todas sus inquietudes y ayúdeles a disminuir su ansiedad. Trate de fomentar una vida normal en los niños; sus risas y su afecto ayudarán de manera importante a la persona enferma.
  6. Haga una selección de las personas para compartir la información sobre la enfermedad. Algunas se acercarán más a la familia y participaran en las actividades de apoyo, otras, que tienen relaciones más problemáticas con la enfermedad (no con la persona enferma) tendrán dificultades a saber cómo actuar y por facilidad se alejarán.
  7. Haga una lista de cosas en las que sus amigos y familiares puedan ayudar (las compras, tareas diarias, cuidar a los niños,…etc.) y pídaselas sin reparos, ellos estarán gustosos de hacerlo y de sentir que contribuyen de alguna manera.
  8. La persona que sufre la enfermedad pasará por etapas en las que se sucederán momentos de estrés, ansiedad, cólera, culpabilidad,… etc. De ser posible, que vea un psicólogo (la psicología ha realizado importantísimos avances en el tema) que pueda ayudarle a desarrollar estrategias para integrar lo que le pasa y recuperar la sensación de control de su vida. También puede asistir a sesiones de grupos de apoyo (de diversas asociaciones y hospitales) en los que descubrirá que hay muchas otras personas que están en el mismo trayecto de lucha contra la enfermedad y podrá encontrar estrategias que utilizan otras personas para lidiar con la enfermedad. 
 
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¿Qué hacer para prevenir el cáncer y las enfermedades degenerativas?


Todos tenemos en nuestro entorno cercano, alguien (si no se trata de nosotros mismos) que ha sufrido o sufre de un cáncer, una enfermedad crónica o una enfermedad degenerativa; y es cuando un diagnóstico inquietante se acerca a nuestras vidas que nos interesamos a informarnos y tomar medidas para prevenir las enfermedades que la vida moderna ha convertido en casi “normales”. Al respecto, de la diversa literatura existente sobre el tema, queremos compartir con ustedes una síntesis de la recopilación de las informaciones que nos parecen muy interesantes y fácilmente aplicables por toda persona que quiera tomar una parte activa en su bienestar y el de su familia.

Según el biólogo Otto Heinrich Warburg (premio novel por su investigación: “La causa primaria y la prevención del cáncer”), las causas del cáncer vienen de tener un nivel alto de acidez en el cuerpo.  Un medio alcalino en el organismo atrae el oxígeno necesario para la producción de energía, mientras que un medio ácido expulsa el oxígeno y hace que las células sanas se enfermen (una célula sana a la que se le priva del 35% de oxigeno durante 48 horas podría convertirse en cancerosa). El descubrió que las células cancerosas son anaeróbicas (no respiran oxígeno) y que no sobreviven en un medio con abundante oxígeno, y por el contrario, sobreviven (reaccionando con la glucosa) en un medio sin oxigeno.

En su tesis “Metabolismo de los tumores” Warburg demostró que todas las formas de cáncer tienen dos condiciones: un nivel alto de acidez (acidosis) y la falta de oxígeno (hipoxia). El cáncer no sería más que una manera de adaptarse (un mecanismo de defensa) de las células para sobrevivir en un medio ácido con falta de oxigeno. En otras palabras, el cáncer sería el resultado de una dieta basada en alimentos que tienen un efecto acidificante (la acidez expulsa el oxígeno benéfico de la sangre) y una vida sedentaria (que no aporta el oxígeno necesario a los tejidos de nuestro cuerpo), lo que coincide con las actuales campañas de prevención del cáncer, que además de controles médicos periódicos promueven un estilo de vida saludable.

Citamos otros científicos que apoyan esta lógica, como el Dr. George W. Crile, que dice “Todas las muertes mal llamadas naturales, son solo el punto final de saturación del cuerpo en ácidos.  En cambio, es prácticamente imposible que un cáncer se desarrolle en una persona que ha liberado su cuerpo de su acidez, privilegiando los alimentos alcalinizantes y aumentando el consumo de agua pura para drenar mejor el cuerpo de los desechos tóxicos; evitando también, en la medida de lo posible, los alimentos que producen el ácido, o mediante la compensación de su absorción por la ingestión de otras sustancias alcalinizantes, y evitando los elementos tóxicos”.

Según Mencken, (autor de “La lucha por la vida es la lucha contra la retención de ácido”) “el envejecimiento, la falta de  energía, el mal humor, las enfermedades del corazón, alergias, eczema, urticaria, asma, cálculos, arterioesclerosis,… no son más que la acumulación de acido”.  El Dr. Theodore A. Baroody en su libro “Alkalize or Die” (“Alcalinizar o morir”) “En realidad, independientemente de la gran cantidad de nombres diferentes de las enfermedades, lo que importa es que todas ellas vienen de la misma causa: demasiados residuos ácidos en el cuerpo”. El Dr. Robert O. Young “La acidificación excesiva en el cuerpo es la causa de todas las enfermedades degenerativas”…. “cuando se rompe el equilibrio y el cuerpo comienza a producir y almacenar más acidez y residuos tóxicos que lo que puede eliminar con la suficiente rapidez, diversas dolencias se manifiestan

Retenemos, que las células de nuestro cuerpo funcionan en base a tres elementos: agua, oxígeno y nutrientes; que el oxígeno reacciona químicamente con la glucosa para generar la energía necesaria para la vida; que necesitamos oxígeno en el cuerpo para que nuestras células se mantengan sanas y que éste viene de la alimentación saludable y del ejercicio cotidiano. Una vez que el proceso de digestión se ha realizado, es en función de la calidad de nutrientes (proteínas, hidratos de carbono, grasas, minerales y vitaminas) que aportaron los alimentos que consumimos, que se generará un estado de acidez (que eliminará el oxígeno) o alcalinidad (que atraerá el oxígeno que necesitamos) en la sangre.

El resultado alcalinizante o acidificante se mide mediante una escala llamada PH (potencial hidrógeno) cuyos valores van de 0 (grado de acidez máxima) y 14 (grado de alcalinidad máxima), siendo 7 (un valor neutro). Para que nuestras células funcionen correctamente necesitamos que nuestro cuerpo tenga un medio ligeramente alcalino; aunque cada órgano requiere de diferentes niveles de alcalinidad: el Ph de la sangre debe mantenerse entre 7,32 y 7,42, fuera de esos límites comienzan los problemas de salud que pueden ser graves. El Ph de la orina, de una persona que se alimenta correctamente se ubica entre 6,5 y 7,5 (idealmente entre 7,0 y 7,5). El Ph de la piel es 5,2 (ácido).

Nuestro organismo funciona inteligentemente y siempre trata de mantener un equilibrio de sus funciones y compensar algunas carencias tomando o no las reservas que tenemos; es  así que, cuando tenemos durante mucho tiempo un aporte de sustancias ácidas en la sangre (por una alimentación inadecuada, estrés, contaminación, … etc., ) el propio cuerpo, por la necesidad de  mantener un nivel adecuado de alcalinidad, va a utilizar las reservas minerales alcalinas (socio, potasio, magnesio, calcio, hierro,…) que tenemos en los huesos, cartílagos, dientes, pelo, etc. , por lo que la desmineralización se instala en forma de caries dentales, osteoartritis, osteoporosis,……

Ese proceso se ve claramente en las personas que reciben quimioterapia, un tratamiento agresivo que ataca el proceso de multiplicación celular descontrolado, pero que también acidifica el organismo, de tal manera que éste se ve obligado a utilizar las reservas alcalinas para neutralizar al acidez extrema, pero lo hace sacrificando los minerales alcalinos (calcio, magnesio, potasio) de los huesos, dientes, uñas , articulaciones y cabello; es por esa razón que la persona que sigue ese tratamiento pierde rápidamente sus cabellos y siente dolencias en los órganos señalados.

Es interesante saber que se puede restaurar el hueso o cartílago desmineralizado y que se puede retrasar la progresión de artrosis o la osteoporosis,… restaurando el equilibrio ácido-base (nivel de acidez y alcalinidad en la sangre), porque si no, la desmineralización continuará. Para restablecer el equilibrio, se requiere de una dieta saludable y un estilo de vida sano, lo que significa que todas las personas deben conscientemente asumir la responsabilidad de su salud, mejorando su alimentación y su estilo de vida.

Al respecto, existen una serie de alimentos alcalinizantes, que pueden verse en un cuadro que encontrarán más abajo. Cabe señalar que no estamos promoviendo que se siga de manera rígida esa lista; y que la compartimos como una guía que nos pareció interesante para ir progresivamente incluyendo ciertos alimentos en la dieta diaria, a fin de llegar a un porcentaje que permita la prevención esperada y un bienestar general.

El agua que permite hidratar el organismo y drenar los desechos del metabolismo, debe ser en abundancia “por dentro y por fuera”. Se aconseja beber entre 2 a 3 lt de agua purificada por día. El agua de mar es aconsejada como muy alcalinizante y se consume mezclada en una proporción de una medida de agua de mar por cinco medidas de agua dulce. Existe también, otro sistema para la obtención de agua ionizada alcalina, que es obtenida por un filtro especial (un aparato ionizador que se fabrica en Alemania pero que aún no es comercializada en otros países) y que separa el agua de la red habitual en dos tipos de agua: ionizada alcalina y ácida.

El beber agua alcalina (sea del filtro especial o por mezcla de agua de mar) tiene diversos efectos benéficos para la salud: limpia el colon de los residuos y desechos acumulados, ayuda a neutralizar la acidez del tejido sin desmineralizar los huesos, dientes, cabellos,… y ayuda a neutralizar los radicales libres (responsables del envejecimiento) cuando la carga de acidez producida por las células y la dieta no produce suficientes anti oxidantes naturales. El agua alcalina se utiliza para beber, cocinar, lavar las frutas y verduras, mientras que el agua ácida (que sale del filtro como desecho) se puede utilizar para lavarse los cabellos, desinfectar los secadores de la cocina, para curar heridas y quemaduras y para regar algunas plantas como las rosas, que requieren un medio ácido para desarrollarse bien.


Finalmente, van algunas recomendaciones muy simples para mejorar su salud:

1  * Incluir a su dieta diaria una mayor cantidad de alimentos alcalinizantes.  Procurar limitar la cantidad de   alimentos acidificantes a solo 20 a 30% de su dieta.
2  * Para oxigenar adecuadamente los tejidos, haciendo ejercicios físicos regularmente (tres veces a la semana como mínimo)
3   * Beber 2 a 3 lt de agua al día para drenar el cuerpo de todos los residuos tóxicos (de nuestro metabolismo) porque la acumulación a largo plazo de las toxinas en el cuerpo puede provocar alteraciones (mutaciones) y convertirse en células cancerosas.
4  * De ser posible beber agua ionizada alcalina que neutraliza el exceso de acidez sin forzar al cuerpo a desmineralizarnos.
5   * Combatir el exceso de estrés con la practica de actividades agradables en familia y con amigos.   
-   * Tratar de tener una actitud positiva frente a todo lo que ocurre en la vida. Utilizar el humor y la risa, que son las más agradables de las terapias.

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Cuando a un ser querido le toca vivir con una enfermedad crónica

Si a un ser querido le diagnostican un cáncer o una enfermedad que supone un riesgo vital, usted puede sentirse desesperado y con una gran impotencia frente a la situación, pero hay algunas cosas que se pueden hacer para darle el apoyo necesario y favorecer la adaptación de la persona con los cambios que ocurrirán en su vida y hacer menos difícil su proceso de tratamiento y convivencia con la enfermedad.

Todas las investigaciones concuerdan en señalar que el apoyo de la familia y de los amigos tienen un efecto importante en la capacidad de los pacientes a sobrellevar una enfermedad crónica; aunque cada persona tiene una sensibilidad e historia diferentes, cuando tienen una enfermedad crónica, necesitan sentir el afecto sincero (de ninguna manera la compasión) y la preocupación sana de sus seres queridos.

Van algunas pautas para dar un apoyo significativo a un ser querido (familiar o amigo) que sufre la enfermedad crónica:
  • Infórmese bien sobre la enfermedad, de ser posible, hable con el equipo médico para saber con claridad las etapas por las que pasará el tratamiento y las cosas en las que puede hacer para ayudarle a su ser querido a que integre el diagnóstico en su vida y comience a luchar contra la enfermedad.
  • Escúchele y dele el apoyo emocional que requiere, sin contra tiempos, sin decirle “no es nada” , “ya va a pasar” o cosas de ese tipo que intentar más negar la realidad. Hágale sentir que no está sola y que tiene gente que la quiere y que estará con ella en todas las etapas de su tratamiento.
  • Busque casos de otras personas que hayan vencido la enfermedad para que pueda ponerlas de referencia cuando sea necesario, cuando la desmotivación cunda, necesitará de señales de éxito terapéutico para reorientar la motivación y esperanza.
  • Cuando informe a la familia, hable directamente y con honestidad sobre la situación que toca vivir a la persona, sin dramatismos excesivos  ni escondiendo diagnósticos. Frecuentemente encontramos personas que no quieren abordar el tema y, con el ánimo de proteger al ser querido, se ponen a  inventar nuevas enfermedades raras que tienen tratamiento, para no pronunciar el nombre de la enfermedad grave y ocultarla  al resto de la familia, lo que puede generar mayor confusión, ansiedad, culpabilidad….
  • Aborde la enfermedad con los niños, de la manera más clara y dejando bien establecido que ellos no son, de ninguna manera, responsables de la enfermedad (es muy común de ver a los niños pequeños sentirse responsables de las cosas negativas que suceden en su entorno e incluso de enfermedades de los padres), responda con claridad  a todas las inquietudes que tengan y ayúdeles a disminuir su ansiedad. Trate de fomentar en los niños las actividades que les  permitirá seguir teniendo una vida normal, en la que las risas y las muestras de afecto de los niños ayuden de manera importante a la persona enferma.
  • Haga una selección de las personas con las que compartirá la información sobre la enfermedad. Algunas personas se acercarán más a la familia y participaran en las actividades de apoyo, otras, que tienen relaciones más problemáticas con la enfermedad (no necesariamente con la persona enferma) tendrán dificultades a saber como actuar y por facilidad se alejarán.
  • Haga una lista de cosas en las que sus amigos y familiares pueden ayudar (hacer mas compras, las tareas diarias, cuidar a los niños, …etc.) y pídeselas sin tener reparos, estarán gustosos de hacerlo y de sentir que contribuyen de alguna manera.
  • La persona que sufre la enfermedad pasará por etapas en las que se sucederán momentos de estrés, ansiedad, cólera, culpabilidad,… etc. Es necesario que un psicólogo-psicoterapeuta pueda ayudarle a desarrollar estrategias para recuperar la sensación de control de su vida. También puede asistir a sesiones de grupos de apoyo en los que descubrirá que hay muchas potras personas que están en el mismo trayecto de lucha contra la enfermedad y podrá encontrar estrategias que utilizan otras personas para lidiar con la enfermedad. 
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Alimentos “nutracéuticos”: que ayudan a prevenir el cáncer

Cuando hablamos de prevención del cáncer y otras enfermedades crónicas degenerativas, todas las investigaciones van en la dirección de adoptar una higiene de vida saludable (y mejor si se hace en familia), con una alimentación bien equilibrada (bastante lejana a las nuevas costumbres resultantes de nuestra agitada sociedad moderna) y una actividad física que tonifique el cuerpo y le permita tener energía y un buen drenaje de toxinas, lo que nos hace mirar con mayor inteligencia los alimentos que vamos a consumir, pensando no solo en nuestro presente sino y también imaginando un futuro familiar con bienestar por mucho tiempo.

 Ese movimiento en el que cada vez más personas comienzan a interesarse, nos dirige hacia los alimentos que se conocen como “nutracéuticos” o “funcionales”, llamados así por tener (en su forma natural o procesada) ciertos componentes  que han demostrado tener efectos positivos en nuestra salud e incrementar nuestra calidad de vida. Alimentos que nos ayudan a prevenir enfermedades crónico degenerativas como los infartos, embolias, hipertensión, diabetes, cánceres de tipo hormonal (glándulas mamarias, próstata, tiroides, etc.)

En la actualidad, existen muchos alimentos conocidos como protectores del cáncer y otras enfermedades degenerativas, entre ellos podemos citar, la linaza (que previene evitando la formación de tumores), el limón (tomar diariamente el zumo de un limón en ayunas), , el alpiste, la cebolla, el ajo,  el té verde,… .

Todos esos alimentos son “funcionales” y probablemente nos ayuden a drenar nuestro cuerpo de las toxinas que la sociedad civilizada nos hace ingerir sin que nos demos cuenta, por lo que el incluir alguno de esos alimentos (el que mejor se adapte a su modo de vida) en su dieta diaria equilibrada, puede ayudarle a que su cuerpo se defienda mejor de las agresiones del tiempo y de la industrialización excesiva de alimentos (utilización de pesticidas, colorantes, conservantes,….), factor reconocido como causante del cáncer. 

Van algunos datos sobre los beneficios de los alimentos nutracéuticos:

• VITAMINAS E, A Y C: antioxidantes, E (mejora la salud mental, baja de colesterol, mejora el sistema inmunológico: se obtiene del aceite de oliva, aguacate, nueces). C (refuerza el sistema  inmunológico, regenera la vitamina E en el cuerpo). 
 
• ANTIOXIDANTES: frutas y verduras coloridas (brócoli, tomates, espárragos, pimientos,…) , frijol, vitaminas E, A y C

• FITOESTEROLES: (soja) ayuda a reducir el nivel de colesterol

• SELENIO: fuerte antioxidante, mejora el sistema inmunológico, es antiviral, reduce incidencia de cáncer: se obtiene de la leche, huevo, carne, levadura, lácteos fermentados, pescados grasos (salmón, jurel, sardinas, atún)

• CAROTENOS: sistema inmunológico, mejor visión, anticarcinógeno, previene glaucoma (zanahoria, tomate, papaya, verduras verdes y pigmentadas).

Si quiere ver los beneficios de la linaza, que me parece realmente prometedora como ayuda al bienestar de nuestro cuerpo,  le invito a ver este enlace: 

Lucha contra el cáncer: ¿Hacemos prevención en nuestras familias?


El 4 de febrero es el Día Mundial de la lucha contra el cancer, por lo que muchas asociaciones e instituciones de gobierno procederán a dar estadísticas preocupantes, pues las proyecciones de la OMS (Organización Mundial de la Salud) indican que si no se toma una acción inmediata, el número global de muertes por cáncer aumentará cerca de un 80% para el 2030 (actualmente , se diagnostica la enfermedad  a aproximadamente 13 millones de personas en el mundo y mueren alrededor de 60%) y la mayoría de los casos ocurrirán en países de bajos y medianos recursos.

Hace mucho que los estudios de investigación indican que un tercio de las muertes por cáncer se pueden evitar mediante la prevención y otro tercio mediante la detección y el tratamiento temprano, sin embargo, aún encontramos personas que no las tienen en cuenta y viven, como si no existiera el problema, incluso con una especie de negación de una realidad que puede tocarnos a la puerta, en cualquier momento.

Cuando un diagnóstico ha sido dado a algún miembro de la familia, la vida de toda la familia se ve afectada (aparecen los temores y angustias no solo de la persona que ha recibido el diagnóstico , sino de todos, que de un momento a otro, se ven frente a la realidad de la enfermedad), por lo que es mejor prevenir y hacer que  la práctica de las pruebas médicas y medidas saludables se conviertan en un estilo de vida de la familia (recomendamos de hablar con los hijos sobre esas medidas que conviene observar y hacer que todos se sientan comprometidos con el tema, sin mostrar angustia frente al tema, sino con una actitud positiva de higiene de vida y prevención).

Recordemos algunas de esas medidas:

·         Los adultos deben hacer sus controles médicos periódicos (un control anual es de rigor), y realizar las pruebas de detección de los cánceres de cuello uterino y colorectal y de mama, para identificar las lesiones precancerosas o detectar la enfermedad en etapas iniciales que permiten el tratamiento correspondiente.

·         Tener un estilo de vida saludable: evitar el tabaco, limitar el consumo de bebidas alcohólicas, evitar la exposición extrema a los rayos ultravioleta del sol (y de las cámaras de bronceado estético), tener una dieta alimenticia rica en frutas y verduras, mantener un peso saludable y estar físicamente activo (caminatas, gimnasia, danza, … lo que mejor le convenga).

·         A los hijos se les puede ayudar a prevenir que desarrollen diferentes tipos de cáncer en el futuro, haciendo que tengan un estilo de vida saludable con buenos hábitos alimenticios y suficiente ejercicio, para que puedan mantener un peso saludable (muchas actividades de exterior en familia, pueden ayudarle a cumplir con el objetivo de salud y mantener la cohesión familiar).

·         El cancer de la piel se puede prevenir protegiéndose de los rayos ultravioleta (uso del sombrero, cremas de protección alta,…) siempre que se esté en áreas libres. Unas pocas quemaduras solares graves pueden aumentar el riesgo de que un niño desarrolle un cáncer de piel en la edad adulta.

·         El virus del papiloma humano (VPH), un virus común que puede transmitirse de persona a persona durante las relaciones sexuales, es la causa principal del cáncer de cuello uterino, cánceres de vagina y de vulva. Se recomienda la administración de una vacuna para prevenir las infecciones por VPH en las niñas de 11 a 12 años de edad y en las niñas y mujeres de 13 a 26 años que no recibieron la serie completa cuando eran más pequeñas.

·         La mejor manera de prevenir el cáncer de los pulmones  es no comenzar a fumar o, si fuma, dejar de hacerlo!. El humo del cigarrillo que fuman otras personas (humo secundario) también puede causar cáncer de pulmón. Explíquele a sus hijos por qué usted no quiere que fumen y no los exponga al humo secundario.
Para tener más informaciones sobre el cáncer , les invito a visitar el enlace de la OMS: 

Comprender la depresión.

Al finalizar el año, la mayoría de personas está programando sus reuniones festivas, mientras que otros van confrontándose a su soledad y al dolor de vivir con la depresión, una enfermedad muy común pero grave si no recibe un tratamiento oportuno.

La depresión es un trastorno emocional en el que los sentimientos de tristeza profunda, pérdida, ira, frustración, desesperanza,…  interfieren con la vida cotidiana durante un tiempo prolongado, causándole sufrimiento tanto a la persona que lo padece como a quienes viven con ella, porque es como si estuviera apagada completamente.

La depresión en adolescentes se manifiesta con tristeza, desánimo, pérdida de la autoestima y pérdida de interés por las actividades placenteras habituales. En los niños, con juegos y comportamientos agresivos. En las mujeres, con sentimientos de tristeza, inutilidad, o culpa excesiva y en muchos casos con tentativas de suicidio. En los hombres, con fatiga, irritabilidad, pérdida de interés en las actividades placenteras y problemas de sueño.

En las mujeres la depresión es más común que en los hombres, por la concurrencia de una serie de factores biológicos (hormonales) y psicosociales (ciclos de vida, estrés del trabajo sumado a las responsabilidades del hogar, maltrato,…). Los hombres enfrentan la depresión mayormente recurriendo al alcohol o a las drogas, a un trabajo excesivo y a comportamientos imprudentes o riesgosos.

En los ancianos, los cambios de vida a los que tienen que adaptarse pueden generar o acentuar la depresión, como el hecho de dejar su hogar e irse a vivir a una residencia para la tercera edad, el soportar un dolor crónico, los sentimientos de soledad por la muerte de su conyugue o sus amigos cercanos, la pérdida de su independencia (problemas para movilizarse, cuidar de sí mismo,…), las enfermedades mentales o físicas que puedan tener. 

Veamos los síntomas de la depresión, que no son vividos de la misma manera por todas las personas, pero que en esencia son:
  • Sentimientos persistentes de tristeza, vacío, culpa, pesimismo,
  • Sentimientos de desesperanza,  inutilidad, y/o impotencia,
  • Irritabilidad, agitación o enlentecimiento (al hablar, caminar, actuar,…)
  • Pérdida de interés en las actividades o pasatiempos que antes disfrutaba,
  • Fatiga y falta de energía,
  • Dificultad para concentrarse, pensar, recordar y tomar decisiones,
  • Insomnio, dormir poco o demasiado,
  • Comer excesivamente o perder el apetito (subida o pérdida de peso),
  • Pensamientos suicidas o intentos de suicidio,
  • Dolores y malestares persistentes, dolores de cabeza, cólicos, o problemas digestivos que no se alivian incluso con tratamiento.
La depresión frecuentemente coexiste con otras enfermedades,  como los trastornos de ansiedad (estrés postraumático, trastorno obsesivo-compulsivo, trastorno de pánico, fobia social y trastorno de ansiedad generalizada), el abuso o la dependencia  (alcohol u otras sustancias) o con enfermedades físicas (cardiaca, derrame cerebral, cáncer, VIH/SIDA, diabetes, Parkinson,…).

¿Cómo puede ayudar a una persona deprimida?,
1.    Ayúdele a buscar un diagnóstico y tratamiento adecuados. Si es posible, pida la cita en su lugar y acompáñela a la consulta.
2.    Converse con ella,  escúchela con atención y paciencia.
3.    Nunca desvalorice  sus sentimientos pero háblele de la realidad y ofrézcale esperanza.
4.  Nunca ignore los comentarios sobre el suicidio y comuníquelos, de inmediato, a los familiares, terapeuta, o médico.
5. Invítela a integrarse progresivamente a diversas actividades agradables, pero sin presionarle.